martes, 17 de mayo de 2011

                                                         


                                                 Pequeña Eternidad



Ya han pasado dos meses, y yo sólo poseo estos gastados caracteres para sentirte cerca de mí. Dos meses. Sólo dos meses que parecen poco tiempo, dos meses que para mí han sido una grata eternidad a tu lado.
Y miro al cielo, y levanto los brazos y agradezco a Dios por dejarme estar a tu lado. Y al momento de bajar los brazos pido por que me deje tenerte junto a mí cuerpo, por que nunca te alejes. Porque puedo ver a través de las paredes un hermoso paisaje si pienso en ti.
Pasan los segundos, los minutos, las horas, los días…sigue transcurriendo el tiempo y no quiero que esta insulsa amnesia haga que me olvide de ti. Camino y robo el perfume del campo desierto para guardarlo en una botella y entregártelo en tus manos.
Siguen pasando los minutos mientras escribo, Cronos no deja que el tiempo se detenga. Lucho por parar el transcurso del reloj, pero es inútil. Un ángel me dice que el tiempo que transcurre lo encierre bajo el cielo claro del día para mostrarlo a la perpetuidad; y le hago caso y guardo, también,  nuestros momentos en fotografías en sepia en mi memoria.
La noche llegó poco a poco, alejando el suave crepúsculo de la inmensidad. Llegó avisando que mañana será un día nuevo, una nueva aventura por vivir cerca de ti. Ya pasará la noche y llegará ese día tan esperado. Y, antes de dormir vuelvo a agradecer por que seas parte de mi nueva vida.

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